jueves, 17 de enero de 2013


Aprovechando que es momento de plantearse buenos propósitos de cara al nuevo año


  • Aunque con este tipo de dietas la pérdida de peso suele ser inmediata, los resultados no se mantienen a largo plazo
  • Aunque cada vez disponemos de una mayor variedad de alimentos, esto no se acompaña de un mejor conocimiento de la población respecto a lo que implica una alimentación saludable
  •  Los médicos de familia aconsejan que haya un equilibrio de nutrientes y que esté adaptado al estado físico y de salud de cada persona


Tras las fiestas navideñas son muchos los españoles que empiezan el nuevo año con el deseo de reducir su peso tras los excesos cometidos durante estas fechas. Las dietas exprés, es decir aquellas que prometen pérdidas rápidas de peso en poco tiempo, son las que más llaman la atención, sin embargo los resultados no so se mantienen a largo plazo. De hecho, como advierte la doctora Lourdes Carrillo, coordinadora del Grupo de Nutrición y Alimentación de semFYC, “los beneficios que se obtienen con estas dietas son pequeños frente a los riesgos que pueden suponer para la salud”.

La pérdida de los patrones más clásicos de alimentación, la conocida dieta mediterránea, el ideal de belleza actual que busca cuerpos estilizados, así como la actual “cultura de la inmediatez”, que nos lleva a querer solucionar cualquier problema lo más rápido posible, resultan el escenario ideal para que surjan las llamadas “dietas milagro”. “Son dietas que se ponen de moda, aparecen cada cierto tiempo y su popularidad aumenta a gran velocidad, alejándose de las recomendaciones nutricionales médicas específicas para la población a la que van dirigidas”, explica la doctora Carrillo. Asimismo, se caracterizan porque la persona tiene que hacer un esfuerzo mínimo para lograr los resultados, lo que resulta muy tentador para la mayoría de las personas que quieren perder peso.

Según los médicos de familia, existen al menos cuatro aspectos importantes a tener en cuenta sobre estas dietas:
  •      Carecen de fundamento científico reconocido.
  •      Habitualmente son recomendadas por personas no expertas en nutrición.
  •    Se publicitan a través de medios no especializados: televisión, páginas web y periódicos o revistas con un mínimo o nulo carácter científico.
  •     El interés meramente económico de los promotores/vendedores de dichas dietas (a veces a través de la venta de productos exclusivos para poder seguir la dieta).
Por tanto, “para perder peso hay que acudir a un profesional de la salud, ya que las soluciones mágicas no existen. Y es necesario que la población se conciencie de que para controlar el peso es más eficaz mantener unos buenos hábitos alimenticios que hacer una dieta de forma transitoria”, insiste esta experta.

Por todos estos motivos, el Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria advierte que:

  • Las llamadas “dietas milagro” ofrecen soluciones a corto plazo, cuando el interés en la pérdida de peso debe prolongarse en el tiempo.
  • Es preferible realizar pequeños cambios en la alimentación diaria para que puedan mantenerse a largo plazo, ya que el regreso a la dieta habitual suele acompañarse de una ganancia de peso.
  • Se aconseja un equilibrio de nutrientes adaptado al estado físico y de salud de cada persona, y no prescindir de alimentos básicos e irremplazables en la alimentación.

Los peligros de las “dietas milagro”
Estas dietas pueden agruparse en: dietas hipocalóricas no equilibradas, dietas disociadas, como la Dieta Montignac, y dietas excluyentes, como la Atkins o la Dukan.

La dieta Atkins comenzó su popularidad en nuestro país en los años 70, pero aún hoy sigue en auge con diferentes versiones. Se basa, al igual que su versión más actual, la dieta Dukan, en la restricción de hidratos de carbono a favor de las proteínas y grasas, con el resultado de una rápida pérdida de peso, difícil de mantener a largo plazo.

Los hidratos de carbono son una de las principales fuentes de energía del organismo y la única utilizable por el cerebro. “La restricción de hidratos de carbono, como cereales, legumbres, verduras o frutas, lleva a una rápida pérdida de peso, fundamentalmente a expensas de líquido extracelular, además de pérdidas de calcio, potasio y otras vitaminas y minerales. Así que, mantenida a largo plazo, puede acarrear otras importantes consecuencias para la salud como daño cerebral, hepático o renal, trastornos del metabolismo de los lípidos, osteoporosis o estreñimiento, entre otros”; indica la doctora Carrillo.

En estas dietas hipocalóricas además de líquido, la pérdida de peso se produce a costa del tejido muscular y no tanto del tejido adiposo (grasa), cuyo acumulo excesivo es el verdadero problema del sobrepeso y la obesidad. Tanto es así que, una vez que se consigue el objetivo inicial de pérdida de peso, el regreso progresivo a la alimentación habitual conlleva una ganancia de peso a expensas de agua y grasa, ya que la masa muscular perdida no se vuelve a recuperar. “Esta pérdida definitiva de músculo lleva a una readaptación del metabolismo energético del organismo, cuyas necesidades de calorías disminuyen, lo que justifica expresiones frecuentes como:-cada vez como menos y engordo más”, concluye esta experta.

Más Información: SemFYC

martes, 15 de enero de 2013

El primer centro de educación en hábitos de vida saludable para la pérdida de peso abre sus puertas en España



  • Este nuevo concepto revolucionario no es un gimnasio, ni una dieta, ni una clínica de estética. El Centro PRONAF es la materialización de un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid, avalado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
  • Por primera vez en nuestro país, ciencia e I+D se suman para ofrecer a cualquier ciudadano la posibilidad de perder peso desde una perspectiva integral de salud. 
  • El Centro PRONAF ofrece una respuesta a una enfermedad, la obesidad y el sobrepeso, que afecta al 53,7% de la población de nuestro país.

En el año 2007 surgía el proyecto de Investigación PRONAF, un estudio pionero en España en el que, durante 5 años, participaron más de 200 voluntarios con sobrepeso y obesidad, investigadores, médicos, entrenadores, nutricionistas y un elevado número de especialistas. Este rompedor proyecto de I+D nacido desde el INEF de la Universidad Politécnica de Madrid está avalado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y ha contado con la colaboración de los mejores centros de investigación del país en este ámbito. 

Los resultados finales del estudio confirmaron el buen camino seguido: todos los grupos de la intervención perdieron peso (-10kg aproximadamente), y tras las encuestas realizadas a los 6 meses y al año, se comprobó  que todos los participantes en el proyecto habían mantenido el peso perdido desde el final del programa. Además, los datos demuestran que el entrenamiento combinado de fuerza y aeróbico es el más eficaz de todos los programas, y el único en el que los participantes siguieron perdiendo pasado un año.                                                 
Cinco años después se inaugura el Centro PRONAF, una idea que parte desde la Universidad y que pone a disposición de la población española todos los conocimientos obtenidos durante la investigación y que tiene como objetivo rediseñar los modelos y tratamientos de la pérdida de peso desde el rigor científico y el trabajo integral. Este centro ofrece soluciones eficaces y saludables al tratamiento del sobrepeso y la obesidad, donde no tienen cabida ni las dietas milagro ni los engaños.

La situación 
Un 38,7% de la población adulta española tiene sobrepeso y un 14,5% padece obesidad. Se prevé que en 2030 el 37% de los hombres y el 33% de las mujeres padecerán la enfermedad en nuestro país.

Otro dato preocupante hace referencia a  la ganancia de grasa: un individuo gana 6 kilos de peso y pierde 6 kilos de músculo entre los 25 y los 65 años. La grasa se moviliza desde las extremidades hasta las vísceras; en el caso de las mujeres se cuatriplica la grasa intervisceral y se duplica en el caso de los hombres. Esta grasa es determinante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, por lo que su reducción es fundamental. 


 

Más información: http://www.centropronaf.com/